Por Wandel Cuevas
Garantía de estabilidad, crecimiento y desarrollo económico.
Los fondos de pensiones nacen en el siglo XIX como sistema de reparto y su finalidad era la de servir de fuente de ingreso permanente para los enfermos y para las personas mayores que dejaban de trabajar. Antes de este sistema los adultos debían trabajar hasta la muerte, sin embargo, gracias a su éxito este se extendió por todo Europa y los Estados Unidos, hasta hacer una entrada de triunfal a América Latina desde Chile en 1924.
Estos modelos de reparto desde décadas vienen presentado un creciente problema de financiamiento, debido, entre otros aspectos, al problema demográfico, esto es, más personas están saliendo de la edad productiva y pocos entran a cubrir esas salidas.
Como una alternativa a los sistemas de reparto surgieron los de capitalización individual administrados por empresas privadas. En un principio fueron sistemas voluntarios, sobre todo en los Estados Unidos, y posteriormente desde 1980 en Chile se varió a un sistema de cotizaciones obligatoria, manejados por Administradoras privadas de Fondos de Pensiones, más conocidas como AFP. (Grado, 2014).
El actual Sistema Dominicano de Pensiones se instituye el 9 de mayo de 2001 con la promulgación de la Ley 87-01, que crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social, la cual dispone también la reforma de los sistemas de salud, riesgos laborales y estancias infantiles. Esta ley es resultado del consenso entre los sectores gubernamental, empleador y trabajador, a través de un esquema abierto y participativo.
Antes de la entrada en vigencia de la Ley de Seguridad Social, la protección a los trabajadores y familiares, apenas alcanzaba un 7% y no incluía a los familiares, sino solo al trabajador. Con sus falencias y carencias, la Ley, es una verdadera revolución social.
El proceso de reforma de seguridad social responde a la necesidad imperiosa de dotar a los trabajadores y a las familias dominicanas de protección contra los riesgos de vejez, discapacidad, cesantía por edad avanzada, sobrevivencia, enfermedad, maternidad, infancia y riesgos laborales, pues antes de la entrada en vigencia de la Ley 87-01, la cobertura y los beneficios del sistema de seguros sociales existente no satisfacían plenamente estas necesidades.
La alternativa de reforma de pensiones escogida por la República Dominicana constituye un modelo innovador, debido principalmente a que incorpora, de manera integral, la sostenibilidad financiera de los esquemas de capitalización individual, con la experiencia mexicana positiva en materia de centralización del proceso de recaudo y pago, así como del procesamiento de la información (Superintendencia de Pensiones, 2005).
Los fondos de pensiones, administrados por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), a través de cuentas de capitalización individual, han tenido una dinámica creciente, que por las características propias de sus cotizaciones y tiempo para recibir los beneficios del sistema hace que se acumulen grandes cantidades de recursos de los trabajadores.
Desde el inicio en el año 2003 al 2016, el Sistema Dominicano de Pensiones registra unos 3,473,894 afiliados cotizantes, distribuidos al 2016 entre cinco (5) Administradoras de fondos de pensiones.
Gráfica propia con datos de Oficina Nacional de Estadística (ONE).
Los análisis de los afiliados cotizantes del sistema, a través de sus cuentas de capitalización individual, manejadas por las AFP, a través de los descuentos obligatorios, representan en recursos acumulados de los trabajadores unos RD$342,350,774,470.00.
La importancia de los recursos acumulados por los trabajadores, en el sistema, es tal que representan un 10.38% del producto interno bruto de la fecha, el mismo se estimaba en unos 3.3 billones de pesos (Unos 71,600 Millones de Dólares). Su dimensión es mayor al compararla con los recursos manejados por el sistema financiero, la misma se eleva a la no despreciable representación relativa de 24%, los fondos manejados por el sistema financiero se estimaban en 1.4 billones de pesos.
Teniendo las representaciones relativas, sean comparadas con el PIB o el sistema financiero, la conclusión es que, tienen de una importancia capital, los recursos de los trabajadores para la estabilidad económica dominicana. Los recursos de los trabajadores mantienen una estabilidad relativa en el sistema financiero debido a que son recursos frescos a los que se puede acceso, vía los mecanismos creadores por los propios fondos para su protección y beneficio y que pueden ser colocadores en el sistema de producción con tasas accesibles.
Los recursos gestionados por las AFP, por la forma que están estructurados, al ser captados por el sistema financiero le dan sostenibilidad al mismo, denotando el bajo nivel de riesgo del sistema.
Los trabajadores, sin proponérselo, están dando estabilidad a la economía Dominicana y con ello, hacen que la rentabilidad de los grandes capitales se amplíe.
Esperamos que el futuro, para los que hoy estamos en edad productiva, sea menos incierto, que los beneficios que llegan a las cuentas de capitalización individual, fruto de la colocación en inversión, den resultados reales para sostener una salud menguada y una inflación indeterminada.
Extraído de El Nuevo Diario.
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