Reynaldo Pared Pérez |
Por Ulises Guevara Féliz
Lo dicho por el Dr. Reynaldo Pared Pérez, secretario general del Partido de la Liberación Dominicana (P.L.D), quien también es y ha sido por mucho tiempo presidente del Senado de la República sobre de que el dinero ha corrompido a ciertos peledeístas. Parece una expresión de la sociedad civil, de un miembro de un partido de oposición o de cualquier ciudadano.
Reynaldo está en lo cierto, pero no tiene razón; no tiene razón en el sentido de que el es el secretario general del partido morado y hombre muy influyente: él es la segunda figura en mando de la organización en el poder y por tanto ha tenido la autoridad para corregir las inconductas que en los últimos años arropan a miembros del Partido de la Liberación Dominicana, pero no es a algunos peledeistas que el dinero ha corrompido, se ha corrompido el propio Partido. Este partido dejó de ser de cuadro para ser un partido de grupos y amigos, donde sólo pueden ascender quienes tienen conexión con esos grupos o tienen amigos inclutados en círculos de poder no importando su hoja de vida en el propio partido, porque ya poco importa la militancia; lo que se observa en los últimos años es que la propia dirección del partido ha corrompido ese instrumento político que el Profesor Juan Bosch les dio al pueblo dominicano.
Cuando el doctor Reynaldo Pared Pérez se refiere al dinero que ha corrompido a ciertos peledeistas entiendo e interpreto que no hace alusión a dinero lícito, porque el dinero lícito no corrompe o cambia de manera radical al individuo, sino a la acumulación de capitales obtenido de manera ilícita en estos casos: desfalcando a instituciones; éstos individuos se hacen dueños y señores, son los que humillan, juegan con la pobreza de los demás, son los que mandan, cambian, y lo grande del caso es que éstos en muy pocas ocasiones tuvieron el sacrificio de salir a las calles a pedir a nombre del Partido, no vendieron vanguardia, no vendieron la Revista Política Teoría y Acción, no participaron en Quermeses, nunca dieron cuota, nunca cuidaron locales, pero hoy el grupismo y el amiguismo lo ha premiado. Es penoso que una organización política como el Partido de la Liberación Dominicana fundada en principios hoy sus propios dirigentes tengan que reconocer las grandes debilidades existentes.
El Partido de la Liberación Dominicana renunció a sus principios o a lo que le dio origen, en él desapareció el régimen de consecuencia y cuando esto sucede ya es uno más del montón, antes el que faltaba a la disciplina del Partido de la Liberación Dominicana lo votaban como un saco viejo por no decir como un perro. Pero hoy las inconductas se premian; es que la alta dirigencia del peledeistas tiene que revisarse, eso no puede pedir que el partido cambie de conducta de abajo hacia arriba, es lo contrario es de arriba hacia abajo que debe cambiar el patrón de conducta, que hoy exhibe el P.L.D., las altas instancias del Partido tienen que mandar mensajes claros y ver cómo pueden recuperar la autoridad perdida para poder corregir, porque ahora parece que jerárquicamente todo el mundo es igual y cuando se llega a esto como instrumento político no tiene razón de existir.
Parece que la organización morada que me vio crecer y pasar muchos malos ratos, lo peor no ha llegado, lo que se observa es que el Partido como tal poco le importa para su dirigencia, aquí se está debatiendo desde el Comité Político como organismo superior, hasta cualquier órgano inferior quienes son del Dr. Leonel Fernández Reyna y quienes son del Lic. Danilo Medina Sánchez, y de seguir ese juego de grupismo, puedo decir que los días del P.L.D. en el poder están contados. Si algo nos enseñó el Profesor Juan Bocsh es que el grupismo divide y no somos de Júpiter ni de Marte; estamos aquí en la Tierra de República Dominicana observando todo y sólo hay que mirarse en el monstruo que fue el Partido Revolucionario Dominicano (P.R.D.) y de ahora en adelante no será más que una bisagra, producto del grupismo. Hasta ahí no debe llegar el Partido de la Liberación Dominicana.
Continuará… si Dios y ustedes lo permiten.
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